© Ivo Zafirov
BULGARIA

Gato montés

Felis silvestris
Riesgo: Preocupación menor (UICN)

La población europea del primo salvaje del gato doméstico está disminuyendo por la pérdida de su hábitat.

Además, el cambio del clima reduciría la disponibilidad de sus presas (conejos y roedores) en la región mediterránea. La especie está protegida por la Directiva de Hábitats de la Unión Europea.

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El gato montés es tímido y no le gusta la interacción con los humanos. Aunque a nivel mundial la preocupación sobre su extinción es menor; en los países de la Unión Europea, el gato montés es una especie casi amenazada. La fotografía muestra un ejemplar de gato montés europeo tomada en diciembre de 2017 al oeste de Bulgaria.

Es el primo salvaje del gato doméstico y en promedio miden entre 70 cm y 1 metro de longitud (incluida la cola), los machos pesan entre 4 y 5 kg y las hembras entre 3.5 y 4 kg. Su pelaje es grueso y largo en invierno, de un color marrón grisáceo con un patrón bien definido de rayas negras en la cabeza, el cuello y las extremidades y posee una cola espesa con varios anillos negros que terminan en una punta negra.

Habita en brezales, matorrales y bosques y sus poblaciones están disminuyendo en Europa principalmente por la hibridación con los gatos domésticos, aunque la caza furtiva y su muerte por envenenamiento o atropellamiento en carreteras también son factores de presión sobre estos felinos.

Los cambios de clima afectan también la especie. Lozano y Malo (2012) muestran que la reducción en los niveles de pasto y las plantas herbáceas menos apetitosas asociadas con el aumento de la sequía y la aridez, podrían reducir aún más las poblaciones de conejos, que es el recurso alimenticio preferido de los gatos monteses, así como otros pequeños herbívoros (por ejemplo, roedores). El mismo estudio destaca que las complejas interacciones imprevistas que pueden surgir entre especies de plantas y animales en diferentes niveles tróficos y en diferentes ecosistemas son difíciles de predecir, pero está claro que los efectos de la sequía tendrán efectos en los ecosistemas terrestres que probablemente afectarán niveles tróficos más altos, como los depredadores.

En este sentido, el calentamiento global podría ser un factor que reduzca la disponibilidad de presas para los gatos monteses, principalmente en la región mediterránea, y las densidades de población en esas áreas podrían disminuir en consecuencia.

Además, otros efectos imprevistos del cambio global podrían estar relacionados con la relajación de los mecanismos que funcionan como una barrera de hibridación. Si la hipótesis según la cual los gatos domésticos evitan salir al campo en el frío durante la temporada de apareamiento de los gatos monteses fuera cierta, entonces las predicciones del cambio climático sobre el aumento de la temperatura implicarían una mayor actividad de los gatos domésticos durante el período de apareamiento, y eso podría resultar en una mayor introgresión en las poblaciones de gatos monteses.

El gato montés se encuentra protegido por la Directiva de Hábitats de la Unión Europea en la que se establecen las medidas para la conservación y protección de su hábitat; por el Convenio de Berna, en el cual se establece su protección a través de la cooperación entre los Estados; por el Reglamento de Comercio de Vida Silvestre de la Unión Europea y está enlistado en el Apéndice II de la CITES, acuerdo bajo el cual se regula su comercio internacional.

Gato montés

Felis silvestris
Riesgo: Preocupación menor (UICN)

© Ivo Zafirov
BULGARIA

La población europea del primo salvaje del gato doméstico está disminuyendo por la pérdida de su hábitat.

Además, el cambio del clima reduciría la disponibilidad de sus presas (conejos y roedores) en la región mediterránea. La especie está protegida por la Directiva de Hábitats de la Unión Europea.

El gato montés es tímido y no le gusta la interacción con los humanos. Aunque a nivel mundial la preocupación sobre su extinción es menor; en los países de la Unión Europea, el gato montés es una especie casi amenazada. La fotografía muestra un ejemplar de gato montés europeo tomada en diciembre de 2017 al oeste de Bulgaria.

Es el primo salvaje del gato doméstico y en promedio miden entre 70 cm y 1 metro de longitud (incluida la cola), los machos pesan entre 4 y 5 kg y las hembras entre 3.5 y 4 kg. Su pelaje es grueso y largo en invierno, de un color marrón grisáceo con un patrón bien definido de rayas negras en la cabeza, el cuello y las extremidades y posee una cola espesa con varios anillos negros que terminan en una punta negra.

Habita en brezales, matorrales y bosques y sus poblaciones están disminuyendo en Europa principalmente por la hibridación con los gatos domésticos, aunque la caza furtiva y su muerte por envenenamiento o atropellamiento en carreteras también son factores de presión sobre estos felinos.

Los cambios de clima afectan también la especie. Lozano y Malo (2012) muestran que la reducción en los niveles de pasto y las plantas herbáceas menos apetitosas asociadas con el aumento de la sequía y la aridez, podrían reducir aún más las poblaciones de conejos, que es el recurso alimenticio preferido de los gatos monteses, así como otros pequeños herbívoros (por ejemplo, roedores). El mismo estudio destaca que las complejas interacciones imprevistas que pueden surgir entre especies de plantas y animales en diferentes niveles tróficos y en diferentes ecosistemas son difíciles de predecir, pero está claro que los efectos de la sequía tendrán efectos en los ecosistemas terrestres que probablemente afectarán niveles tróficos más altos, como los depredadores.

En este sentido, el calentamiento global podría ser un factor que reduzca la disponibilidad de presas para los gatos monteses, principalmente en la región mediterránea, y las densidades de población en esas áreas podrían disminuir en consecuencia.

Además, otros efectos imprevistos del cambio global podrían estar relacionados con la relajación de los mecanismos que funcionan como una barrera de hibridación. Si la hipótesis según la cual los gatos domésticos evitan salir al campo en el frío durante la temporada de apareamiento de los gatos monteses fuera cierta, entonces las predicciones del cambio climático sobre el aumento de la temperatura implicarían una mayor actividad de los gatos domésticos durante el período de apareamiento, y eso podría resultar en una mayor introgresión en las poblaciones de gatos monteses.

El gato montés se encuentra protegido por la Directiva de Hábitats de la Unión Europea en la que se establecen las medidas para la conservación y protección de su hábitat; por el Convenio de Berna, en el cual se establece su protección a través de la cooperación entre los Estados; por el Reglamento de Comercio de Vida Silvestre de la Unión Europea y está enlistado en el Apéndice II de la CITES, acuerdo bajo el cual se regula su comercio internacional.

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